La Chorrera
Tierras de agua
CAZADORES DE HISTORIAS OCTUBRE / 2019
La expedición inició tomando un bus en Bogotá, el viaje duraría 1 hora y estaría acompañado de una paisaje tan verde que fue difícil ignorar. Nos bajamos en donde el conductor nos indicó y caminamos hacia la valla demarcada con el nombre del parque; tuvimos dos opciones: caminar o tomar un carro que nos llevaría hasta la entrada, por tiempo e instinto decidimos tomar el carro, donde conoceríamos a Don Mario quien luego nos llevaría de vuelta.
Emprendimos el camino tras las indicaciones de las personas encargadas del parque. Entre montañas mágicas se asomó la sensación de que en cualquier momento estaríamos perdidos, sin más remedio que sumergirnos entre la niebla, caminaríamos 3,15 km con sensación de más pues el camino se tornaría acogedor y las diferentes estaciones nos contarían una historia diferente, remontando a toda nuestra imaginación.
Llegamos y sin ver mucho, la niebla nos abrazó e hizo lo suyo, en medio del camino rocoso y estrecho resultó ser el remedio para pensamientos desordenados, para una pausa del diario sentir. Con montañas que se hacían cada vez más grandes vimos a lo lejos una cascada inmensa que con sutil intención desbordaba vida, queriendo mojar la tierra seca que habitada aún en nosotros. Nos sentimos minúsculos ante 590 metros de pura vida.
La exploración empezó desde lo más pequeño, a partir del sentir nos detuvimos en los musgos, tan ajenos y poderosos a la vez, contenedores del reino animal y cuidadores del agua. La extracción de estos tiene un fuerte impacto en el ecosistema, pues disminuye la humedad de los bosques, aumenta la erosión de los suelos y la contaminación ambiental. Lo minúsculo nos acompañó y la naturaleza nos dió su mágica lección.
Finalmente entre montañas y musgos, estaba allí camuflada observándonos. En nuestro reconocimiento de campo cruzamos miradas y simplemente nos permitió contemplarla junto al mágico paisaje que la rodeaba, acto seguido nos saludó y dio bienvenida a su hogar. Así sucedió con la especie más chica hasta la más grande, fuimos gratos visitantes en tierras de agua.
Cuentan los más viejos que el camino es sanador y transformador. La neblina, el sol, la flora y la fauna rodean este mágico lugar creando un cuento de ensueño, siguiendo la pista de aquel sonido mágico del agua, topamos con un camino inconstante, un sentido de desorientación y la majestuosidad del paisaje, dejando nuestros sentidos a otro nivel. Aquí guardamos un nuevo track para la biblioteca de música y una postal de color verde salpicada de nuevas aventuras.
¿Vamos a cazar una nueva historia?
